La ansiedad en niños y adolescentes: Cómo detectarla y qué hacer
La ansiedad es una de las emociones más comunes que pueden experimentar niños y adolescentes, pero, a menudo, puede ser difícil de detectar, puesto que las manifestaciones de ansiedad en estas etapas de la vida pueden variar mucho respecto a los adultos. Además, la ansiedad en niños y jóvenes no siempre se presenta con las mismas formas que la de las personas adultas, pudiendo ser confundida con otros trastornos o dificultades emocionales.
Es fundamental conocer los síntomas de ansiedad en los más jóvenes y saber cómo actuar cuando se detecta. En este artículo, veremos cómo identificar las señales de ansiedad en niños y adolescentes y qué estrategias se pueden seguir para ayudarles a gestionarla de forma efectiva.
Cómo detectar la ansiedad en niños y adolescentes
Los niños y adolescentes pueden experimentar ansiedad por diversas razones, como los cambios en su entorno, la escuela, las relaciones con amigos y familiares o la angustia por las expectativas. Es importante estar atentos a las señales de alerta que pueden indicar que la ansiedad está afectando negativamente a su vida.
En niños pequeños (hasta los 12 años)
Los síntomas de ansiedad en niños pequeños pueden ser más difíciles de reconocer, puesto que no siempre tienen las herramientas para identificar y expresar sus emociones. Los signos pueden incluir:
- Cambios en el comportamiento: Un niño ansioso puede volver a comportarse de forma más infantil, como por ejemplo, tener “regresiones” (querer volver a utilizar pañales o tener miedo a la oscuridad).
- Problemas físicos: Quejas físicas recurrentes, como dolores de cabeza, dolor de estómago o vómitos, sin una causa médica clara.
- Problemas para dormir: Dificultad por dormirse o por mantenerse dormido por la noche, acompañado de angustia antes de dormir.
- Retraimiento social: Evitar situaciones nuevas o interactuar con otros niños, o sentirse extremadamente nervioso en entornos sociales.
- Comportamientos evitativos : Evitar situaciones que el niño considera difíciles o amenazantes , como la escuela o actividades que impliquen separación de los padres.
En adolescentes (12 a 18 años)
Los adolescentes pueden ser más capaces de identificar y expresar su ansiedad, pero también pueden intentar ocultarla por miedo a ser percibidos como “débiles”. Los síntomas típicos de ansiedad en adolescentes incluyen:
- Preocupaciones constantes: Pensamientos excesivos sobre el futuro, sus relaciones sociales o rendimientos académicos o deportivos.
- Comportamiento agresivo o irritabilidad: La ansiedad puede llevar al adolescente a sufrir cambios de humor repentinos, con reacciones desproporcionadas o actitudes más hostiles.
- Aislamiento social: Evitar actividades o amigos, pasar más tiempo solo, y quizás incluso desarrollar un miedo social (ir a fiestas, hablar en público, etc.).
- Cambios en los hábitos alimenticios o del sueño: Los adolescentes ansiosos pueden mostrar un aumento o disminución del apetito, o tener dificultades para dormir o dormir en exceso.
- Conductas de riesgo: Algunos adolescentes pueden utilizar sustancias o adoptar conductas de riesgo para intentar “aliviar” su ansiedad.
¿Qué hacer cuando detectamos ansiedad en niños y adolescentes?
Si sospechamos que un niño o adolescente está sufriendo ansiedad, es fundamental actuar rápidamente para proporcionarles apoyo y ayudarles a gestionar su emoción de forma saludable. Aquí os dejamos algunas estrategias a seguir:
1. Escuchar y validar sus sentimientos
Es importante crear un ambiente seguro y comprensivo, donde el niño o adolescente pueda expresarse sin miedo a ser juzgado. Valide sus sentimientos (por ejemplo, “Entiendo que te sientes muy nervioso/a por lo que ha pasado en la escuela”). Validar las emociones ayuda a que el niño no sienta que sus preocupaciones son pequeñas o sin importancia.
2. Hablar abiertamente de su ansiedad
Fomentar la comunicación abierta es fundamental. En el caso de los adolescentes, es importante que los padres y tutores hablen de forma directa sobre lo que es la ansiedad, cómo se manifiesta y cómo afecta a su cuerpo y su mente. Antes de que la ansiedad se vuelva insostenible, es mejor hablar y explorar juntos las posibles soluciones.
3. Establecer rutinas y anticipar situaciones
Los niños y adolescentes a menudo se benefician de la creación de una rutina estable. Cuando saben qué esperar y tienen un horario claro por las actividades diarias, esto puede reducir la incertidumbre y el miedo. Es útil también prepararlos para eventos que puedan causarles ansiedad, como una presentación en la escuela, un encuentro con amigos o una visita al médico.
4. Fomentar técnicas de relajación y manejo del estrés
Enseñar técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o la relajación muscular progresiva puede ser muy efectivo para ayudar a reducir los niveles de ansiedad en el momento. También se pueden probar actividades físicas como andar, hacer deporte o practicar yoga, que favorecen la liberación de energía y reducen el estrés.
5. Buscar ayuda profesional
Si los síntomas de ansiedad persisten o interfieren gravemente en la vida diaria del niño o adolescente, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo infantil o adolescente especializado en trastornos de ansiedad puede ayudar a identificar las causas subyacentes y trabajar en un plan de tratamiento adecuado, que puede incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), que ha demostrado ser muy eficaz en el tratamiento de la ansiedad en jóvenes.
La ansiedad en niños y adolescentes es una condición común pero a menudo mal entendida. Es fundamental identificar los síntomas de ansiedad por intervenir a tiempo y proporcionar el soporte adecuado. Con el adecuado acompañamiento, la comprensión del entorno familiar y una terapia efectiva, muchos niños y adolescentes pueden superar los síntomas de ansiedad y recuperar una vida plena y saludable. Si tienes dudas sobre cómo afrontar la ansiedad en tu hijo/a o adolescente, no dudes en buscar ayuda profesional. La detección precoz y el soporte adecuado pueden marcar la diferencia.