Entiendo la psicología como una herramienta de cambio y crecimiento, y por eso me gusta trabajar en equipo y desde una perspectiva multidisciplinar. Creo firmemente que el abordaje de un problema psicológico debe ser amplio, integrador y adaptado a cada persona, combinando diferentes técnicas y enfoques según las necesidades de cada caso. Aunque mi base es la psicología cognitivo-conductual (TCC), no me limito a una única disciplina, sino que integro herramientas de otras corrientes que pueden ser útiles en el proceso terapéutico.

Mi objetivo es ofrecer un espacio seguro y de confianza donde los pacientes puedan comprender mejor qué les ocurre, trabajar sus pensamientos y emociones, y desarrollar estrategias para gestionar las dificultades del día a día. A través de la TCC, ayudo a identificar y modificar patrones de pensamiento disfuncionales que pueden influir negativamente en la conducta y el bienestar emocional.

Además, creo en el poder de la terapia grupal como una herramienta fundamental en la recuperación, especialmente en los TCA. Compartir experiencias con otras personas en situaciones similares no solo reduce el sentimiento de aislamiento, sino que también fomenta el aprendizaje mutuo, el apoyo emocional y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en un entorno seguro y de comprensión mutua.

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